Una silla todoterreno, fácil y robusta, preparada para resistir al desgaste y al uso diario de colectividades. Eso es Branka, que en euskera significa “proa”. Los barcos de nuestro territorio han dirigido siempre su proa hacia la inmensidad de los mares, fuertes e inexorables, sin obstáculos que pudieran detenerlos. Ese homenaje a nuestro pasado y presente marino, a la valentía y la dureza de nuestros arrantzales (pescadores), se plasma en Branka.
Una silla que sortea los retos que se le presentan: tremendamente sólida en sus uniones, y con una resistencia y durabilidad a prueba de (casi) todo. Y, sin embargo y al tiempo, fácil de montar, fácil de fabricar y fácil de tapizar. Una silla con todo nuestro ADN, que nada más ser creada se insertó cómodamente en el catálogo de Akaba, con elegancia y solidez.
