Los caminos son modos de viaje, no destinos
Algunas circunstancias hacen que cambie nuestra vida y el rumbo que llevamos, una parte importante de nosotros se transforma cuando empezamos la vida laboral. En la mayoría de casos el camino es tan incierto, que solo si estamos dispuestos a vivir la experiencia podremos sacar el mejor de los aprendizajes.
Hoy queremos resaltar la trayectoria de uno de nuestros compañeros, Lander es sin duda un ejemplo de constancia y entrega en su labor. Comenzó cuando tenía apenas 20 años por algo que podríamos llamar un azar de la vida. Él mismo lo cuenta como algo que ocurrió sin más…
Mi experiencia laboral es corta, empecé con 20 años en el Estadio de Anoeta en labores de limpieza y mantenimiento, estuve allí durante 4 años, en concreto hasta el 2001. Un día de mayo, me propusieron incorporarme a Akaba para hacer parte de la producción de un pedido enorme de bancadas Nomad. Se trataba de una entrega especial para el Aeropuerto de Colonia, es entonces cómo comienza mi andadura en Akaba.
En los pensamientos de Lander no estaba el hacer parte del equipo de producción de Akaba, sin embargo, fue la primera parada, y el comienzo de una historia que ha durado muchos años y que dió paso para continuar su trayecto, esta vez, como operario de almacén.
Durante muchos años estuve en el almacén y recuerdo que entonces, cuando aún estábamos en Lasarte, (nuestras antiguas oficinas), las características y condiciones del lugar nos llevaban a estar de un lado para el otro, ya que teníamos todo el material repartido por diferentes espacios de la fábrica.
Cambios tecnológicos, un nuevo proyecto
Cambios tecnológicos, un nuevo proyecto en marcha y muchos pedidos por entregar, así comenzaba el 2008, momento en el cuál Akaba daba un paso hacía la renovación en todos los ámbitos empresariales.
La empresa instaló un almacén inteligente de Ulma, esto cambió radicalmente la forma de trabajo de la logística interna, pasamos de tener todo el material desperdigado por los pabellones a tenerlo prácticamente todo centralizado y muchísimo mejor controlado.
Estos cambios trajeron nuevas responsabilidades para todo el equipo de Akaba, en algunos casos, se introdujeron nuevas funciones y cargos para hacer de la fabricación, un proceso con estándares de calidad más altos. Se creó entonces un equipo de responsables de producción en el que Lander formó parte como responsable de tapicería y almacén.
De mi trabajo me gusta todo lo que hago, organizar, planificar e intentar dar la mejor respuesta al equipo que formamos en Akaba.
Las personas con las que compartes más tiempo son quizás, los compañeros de trabajo, en el caso de Lander, durante mucho tiempo trabajo con sus hermanos, sin duda una experiencia para contar...
Yo soy el mayor de 3 hermanos, me sigue Eneko y después está mi hermano Alain, y los 3 compartimos espacio en AKABA durante algún tiempo. Para mi fue una etapa bonita, muy bonita, porque me gustaba tener cerca a mis dos hermanos ya que los 3 compartimos muchas aficiones; caza, pesca, monte, setas… Alrededor de estos temas siempre tenemos discusiones porque cada uno lo ve de una forma diferente, nunca llegamos a un acuerdo, pero nos lo pasamos muy bien (lander ríe). Aunque actualmente no están mis hermanos en Akaba, aún sigo recordando esa época que pasamos juntos con mucha ternura.
Muchas cosas han cambiado, Lander sigue recorriendo su camino en Akaba, y a día de hoy cada nuevo proyecto le sigue motivando como el primer día que entró a formar parte de la entrega del Aeropuerto de Colonia. Echando una mirada atrás, piensa…
Las cosas han cambiado y tenemos mejores sistemas, todo es mucho más organizado, pero la esencia se mantiene, y es lo que hace que ame lo que hago.